Microbiota intestinal: la más importante
Con 10 billones de microorganismos, la microbiota intestinal contiene de 2 a 10 veces más microorganismos que el número de células que constituyen nuestro cuerpo.
Se localiza principalmente en el intestino delgado y el colon, ya que la acidez gástrica hace que la pared del estómago sea casi estéril. Está repartida entre la luz del tubo digestivo y la biopelícula protectora que forma el moco intestinal sobre la pared interior (el epitelio intestinal).
La composición de la microbiota intestinal puede verse influenciada por varios parámetros:
- La forma del parto.
- La lactancia.
- Los factores genéticos.
- El entorno.
- La higiene de vida (tabaco, alcohol, estrés...).
- La alimentación.
- La toma de ciertos medicamentos (antibióticos, IBP…).
- La edad: la microbiota se desarrolla durante la infancia hasta la edad de 3-4 años, en la edad adulta y durante el envejecimiento.
Composición de las otras microbiotas
Microbiota cutánea
La microbiota cutánea representa el conjunto de los microorganismos que viven en la piel. La microbiota cutánea se desarrolla a medida que avanza la edad.
La microbiota cutánea es un marcador individual, porque varía de manera cuantitativa y cualitativa de una persona a otra. Variables como la edad, el sexo, el sistema inmunitario, el pH, la temperatura del cuerpo o también la humedad modifican la composición de la microbiota de la piel.
Microbiota bucal
La composición de la microbiota bucal es heterogénea. Una parte es común a las diferentes microbiotas del organismo, por ejemplo el hongo Candida albicans, presente también en la microbiota intestinal y la microbiota vaginal. La otra es específica de la boca. Esta microbiota varía según el entorno considerado en función de la higiene bucodental, la calidad y la cantidad de saliva, la alimentación y la edad del individuo.
Microbiota vaginal
La microbiota vaginal está compuesta principalmente de lactobacilos (95 %), así como de otras bacterias de manera minoritaria, como Gardnerella vaginalis, Atopobium vaginae y Prevotella spp, y hongos como Candida albicans. La microbiota vaginal evoluciona a lo largo de toda la vida de la mujer, sobre todo en el momento de la pubertad, durante la regla, durante el embarazo y la menopausia, porque está sometida a la influencia hormonal de los estrógenos.